LIFESTYLE

Día Mundial del Malbec: la cepa que puso a Argentina en el mapa del vino

El 17 de abril se celebra esta fecha para homenajear a uno de los vinos más consumidos.

Cada 17 de abril se celebra el Día Mundial del Malbec, una fecha que rinde homenaje a la cepa insignia de la vitivinicultura argentina. Esta variedad, originaria del suroeste de Francia, encontró en los suelos y climas de Argentina un hogar ideal para desarrollar su mejor expresión y convertirse en un emblema nacional que hoy recorre el mundo.

La historia del Malbec en Argentina comienza en el siglo XIX, cuando el agrónomo francés Michel Aimé Pouget introdujo la cepa al país en 1853. Pero fue en las últimas décadas que el Malbec se consolidó como el gran protagonista del vino argentino, gracias a un trabajo conjunto de bodegas, enólogos y regiones productoras que apostaron por la calidad, la innovación y la identidad.

Argentina, líder mundial en Malbec

Hoy, Argentina es el principal productor mundial de Malbec, con más de 44.000 hectáreas cultivadas a lo largo de distintas provincias vitivinícolas, siendo Mendoza la cuna indiscutida de esta uva. Sin embargo, otras regiones como Salta, San Juan, Patagonia y Córdoba también han sumado su impronta, mostrando la versatilidad del Malbec y su capacidad para reflejar el terroir.

El Malbec argentino es valorado internacionalmente por su color profundo, aromas a frutos negros, buena estructura, taninos suaves y gran potencial de guarda. Su éxito ha sido clave para posicionar a Argentina como uno de los grandes jugadores del mundo vitivinícola, con exportaciones a más de 120 países y presencia en las cartas de los mejores restaurantes del planeta.

Más que vino: identidad y cultura

Pero el Malbec es mucho más que un varietal exitoso. Es parte de la identidad cultural argentina, un símbolo de hospitalidad, de encuentros, de paisajes únicos y de una manera de vivir el vino que combina tradición, pasión y creatividad. Su celebración cada 17 de abril no solo destaca su historia, sino también el camino recorrido por toda una industria que supo reinventarse, apostar por la excelencia y conquistar paladares globales sin perder sus raíces.

En este Día Mundial del Malbec, alzamos la copa no solo para brindar por una cepa, sino por todo lo que representa: el trabajo de miles de personas, la riqueza de nuestros suelos, la fuerza de nuestra cultura y el orgullo de compartir con el mundo un vino que ya es parte del ADN argentino.

Características sensoriales del Malbec

Visual:

  • Color profundo y oscuro, que va del rojo violáceo al púrpura intenso.

  • Brillante y con buena densidad (llora bien la copa, si tiene buena graduación alcohólica o cuerpo).

Olfativa:

  • Aromas a frutas negras (ciruelas maduras, moras, cerezas negras).

  • También puede tener notas florales (violeta) y especiadas (pimienta negra, clavo).

  • Cuando tiene crianza en roble: suma toques de vainilla, chocolate, tabaco, cuero y café.

Gustativa:

  • Cuerpo medio a robusto.

  • Taninos redondos y amables, aunque presentes.

  • Buena acidez, lo que le da frescura.

  • Final persistente y equilibrado.


Maridajes ideales del Malbec

  • Carnes rojas a la parrilla (asado argentino, ojo de bife, vacío): la intensidad del vino acompaña la proteína y la grasa.

  • Empanadas de carne (especialmente con algo de picante o especias).

  • Cordero o cerdo braseado: combina bien con platos intensos y de cocción lenta.

Opciones gourmet o con toques modernos:

  • Risottos con hongos o trufas: marida bien con sabores terrosos.

  • Pastas con salsas intensas (ragú, bolognesa).

  • Quesos duros (provolone, gouda añejo, parmesano).

Para aventurarse un poco más:

  • Chocolate amargo o postres con frutos rojos: si el Malbec es joven y frutado.

  • Comida mexicana o criolla especiada: si tiene buena acidez y fruta.

Más de Nacional