El periodista argentino contó que lo interrogaron más del diez veces, que le sacaron "14 fotos" en diversos escenarios, le retuvieron el pasaporte, lo llevaron a "una oficina de aislamiento y deportación" y le hicieron "grabar un video".
"Fue un acto reflejo al ver que se me venían los micrófonos encima. Lamento que haya terminado en el agua", explicó tras el repudio de buena parte del arco política, el ámbito periodístico, FOPEA y ADEPA.